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martes, 7 de abril de 2020

PARECÍAN JUGAR A ESCONDIDAS...


    


    Mientras intentaba concentrarme en el rezo del Rosario me distraía el paseo ligero de las ruborizadas nubes de la noche sanjuanina.
  Al mismo tiempo, los gritos y cantos de unos vecinitos que jugaban a la pelota tampoco me ayudaban a sostener la atención en un Avemaría.
   Estaba disperso, sin duda que sí.
   Opté por volver a entretenerme mirando el cielo y ahí me quedé: contemplado un fenómeno estelar en el que parecía que las estrellas jugaban escondidas en complicidad de las nubes.
   Era un momento de ocio sagrado en que mi asombro estaba en el mirar los destellos de esas lucecitas que pocos se detienen a ver en las noches y que la iluminaria de las ciudades impiden que veamos con claridad...
   Seguía yo este aparente juego de escondidas de las perlas del cielo hasta que, de un momento a otro, las nubes dejaron su complicidad y una buena parte del cielo se despejó...
    Divisé las Tres Marías y la Cruz del Sur. Me percaté de que tenía que retomar el rezo.
    Me hice la señal de la cruz y continué: Ave Maria, gratia plena, Dóminus tecum...



C.F.M. 


De nuestra parte, les dejamos esta "yapa", que es una joyita de la poesía y la música folklórica sanjuanina:





ROMANCE DE LA LUNA SANJUANINA:

Buscando en tu perfil el horizonte
amanece la luna con su brillo,
alumbrando tu rostro entre los cerros
se remonta colgada del rocío.

San Juan tiene el aroma de retama
perfumando unos patios amarillos
de jarilla, romero y de jazmines
y el trinar de un hornero atardecido.

La luna sanjuanina en el ocaso
va empolvandose la cara sobre el río,
le presume y coquetea al Pie de Palo
y amanece entre los Andes cristalino.
Como una novia blanca va orillando el Villicum,
centinela de su amor la Cruz del Sur.

La tierra donde el sol parece el dueño,
donde el cielo es más azul que el cielo mismo,
ignorada la luna se hace dueña
del silente firmamento sanjuanino.

La ruta del arriero iluminaste
y en las piedras la hierra del olvido,
la enramada, el fogón y la guitarra,
con tu luz Ischigualasto hizo camino.

La luna sanjuanina en el ocaso
va empolvandose la cara sobre el río,
le presume y coquetea al Pie de Palo
y amanece entre los Andes cristalino.
Como una novia blanca va orillando el Villicum,
centinela de su amor la Cruz del Sur.

Letra y Música: Gustavo Troncozo










jueves, 2 de abril de 2020

SE PUEDE IR AL FIN DEL MUNDO SIN SALIR DE UNA HABITACIÓN



Stat crux, dum volvitur orbis[1].

         Hace algunos días, la Iglesia, siguiendo el calendario litúrgico del vetus ordo, celebraba el día en que nacía a la vida eterna uno de los santos más influyentes para la civilización occidental: San Benito de Nursia.
         La figura del Patriarca de los monjes de Occidente pasó casi desapercibida en su onomástico. Evidentemente, la temática del Coronavirus ha eclipsado muchos asuntos importantes, incluso aquellos en los que el cristiano piadoso suele -o debería- tener presente habitualmente.
         Sin embargo durante el pasado 21 de marzo celebramos la memoria del fundador de la Orden benedictina y, además de encomendarle toda la situación por la que hoy pasa el mundo, algunos releímos su vida, pudimos rumiar algunas partes de “La Regla”. También nos dimos tiempo para ver un documental de los hijos de San Benito de la Abadía de Sainte-Madeleine du Barroux, en Francia. Y aquí viene lo interesante...
         En este video documental de Veilleurs dans la Nuit[2] -recomendable para ver en estos días de Cuaresma en cuarentena-, se muestra con detalle el sentido de la vida monástica y lo trascendente de cada momento diario dentro del monasterio. El sólo verlo edifica el corazón del cristiano, y también nos lleva a una reflexión de la que podemos  sacar algunas conclusiones en este contexto de la cuarentena.
         Creyéndolo oportuno, sería provechoso compartir algo de lo reflexionado, partiendo por poner en relieve tres características que describen buena parte del escenario social actual casi en todo el mundo:
  1. Hay cierta clausura: estamos parcialmente retirados de mundo, obligatoriamente.
  2. Hay cierta serenidad: la agitación, el frenesí de la vida inquieta de muchas personas ha menguado, transitoriamente.
  3. Hay cierto silencio: una sensación de soledad hay en las calles y avenidas, y el ruido de las urbes está ausente.
         Atendiendo a cada característica podemos percatarnos que, hasta cierto punto y salvando las distancias, las circunstancias del escenario social actual nos ponen, al mismo tiempo, en circunstancias de un “escenario monacal” que podríamos vivir en lo particular.
         “Para, para, para... ¿eso significa que tenemos que hacer vida de monje en cuarentena?”. No precisamente. Lo que queremos señalar es que exteriormente tenemos un ambiente que hoy nos favorece para llevar mejor lo interior: oración personal, lectura y, para el que le gusta, la escritura.
         En pocas palabras debemos reconocer que disponemos de tiempo, recogimiento, quietud, silencio. Si el tan llevado y traído coronavirus nos tiene desenfocados deberíamos caer en la cuenta de que estamos en Cuaresma antes que en cuarentena. Y es justamente esto lo que intentamos enfatizar para sacar provecho de estos días de aislamiento obligatorio.
         Estamos próximos a Semana Santa y no cabe duda que transitamos una Cuaresma peculiar, que presenta también algunas dificultades al estar cerrados los templos, tener a los sacerdotes brindando su asistencia espiritual con restricciones y consecuentemente no nos es posible acudir a los canales de la gracia como habitualmente lo hacemos. De igual modo nos encontramos con otros obstáculos para la vida espiritual puertas adentro, pues el mundo y el ruido también se hacen presentes en la propia casa.
         No obstante las limitaciones evidentes, insistimos en que, al mismo tiempo que experimentamos las restricciones, podemos también aprovechar el retiro del mundo; aprovechar la fuga mundi que Dios, en sus misterios de la Providencia, nos pone hoy como una ocasión para seguir firmes en la fe y viviendo el mandato de la caridad en el marco de una cuarentena por la pandemia. Por eso conservemos el rezo de las oraciones matutinas, el rezo del Ángelus, el Santo Rosario, la Misa seguida por los medios audiovisuales, la comunión espiritual frecuente, el tiempo de meditación y todo lo que hace a nuestro plan de vida espiritual.
         Notemos que entre tantas propuestas que nos llegan por distintos medios para “matar el tiempo” en el encierro doméstico, muy pocas apuntan a mantener viva la unión con Dios por medio de la oración y la lectura[3]. Y pienso que es precisamente por éstas dos cosas que podemos ir al fin del mundo sin salir de una habitación.
         Algunos recordarán la atractiva novela El despertar de la Señorita Prim, escrita por Natalia Sanmartin Fenollera y publicada en 2013. Este libro -que también invitamos a leer o releer en estos días-, en uno de sus últimos capítulos, aparece un diálogo en donde el sabio monje benedictino de la abadía de San Ireneo de Arnois le dice a Prudencia Prim:
“—Ha venido usted aquí con el temor de que yo le dijese algo que la asombrase, la turbase o la agitase. ¿Qué clase de cortesía sería la mía si hubiese obrado así la primera vez que viene a verme y sin haberme pedido apenas consejo? No tenga miedo de mí, señorita Prim. Estaré aquí para usted. Estaré aquí esperando a que encuentre lo que busca y a que regrese dispuesta a contármelo. Y puede estar segura de que estaré con usted, sin salir de mi vieja celda, incluso mientras lo busca.”
 —Se puede ir al fin de mundo sin salir de una habitación—, murmuró la bibliotecaria.”
         La vieja celda del pater -como es llamado este sabio monje en la novela-, es la habitación. ¿Pero cómo es que  un monje puede ir al fin del mundo sin salir de una habitación?, podríamos preguntarnos admirados. A nuestro entender, parte de las respuestas está en la oración, y otra parte en la lectura.

Por la oración:

         Primeramente recordemos que la oración no es una propuesta más entre tantas para matar el tiempo, como lo es el hacer alguna manualidad, jugar un juego de mesa, hacer yoga -cosa por cierto es incompatible con el cristiano católico-. La oración no es una propuesta, es un deber. Como decía John Senior:
“El trabajo es una necesidad física: el que no trabaja, no come. La oración es una necesidad por obligación: el que no reza, no entrará en el Reino de los cielos. La oración es un deber, un oficio. Es el pago libre y  voluntario de la deuda que tenemos con Dios por la existencia y por la gracia.”[4]
         Luego también es bueno que recordemos que la oración está unida al silencio. Silencio exterior y silencio interior. Hoy en el mundo exterior -como hemos dicho al comienzo-, hay cierto silencio, y estamos más liberados de la “tiranía del ruido” como dice el  Cardenal Robert Sarah. El mismo prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos nos enseña en su libro La fuerza del silencio:

    “El silencio cuesta, pero hace al hombre capaz de dejarse guiar por Dios. Del silencio nace el silencio. A través de Dios silencioso podemos acceder al silencio. Y el hombre no deja de sorprenderse de la luz que brilla entonces. El silencio es más que importante que cualquier otra obra humana. Porque manifiesta a Dios. La verdadera revolución procede del silencio: nos conduce hacia Dios y hacia los demás para ponernos humilde y generosamente a su servicio” (Pensamiento 68)
         Entonces, ¿cómo es eso de que por la oración podemos ir hasta el fin del mundo sin salir de una habitación?
         Evagrio Póntico[5] decía que el verdadero monje, el auténtico contemplativo es aquél que, “separado de todo, está unido a todos”. Nosotros, hoy estamos separados de todos -o casi todos-, y podemos estar unidos a todos por medio de la oración dirigida al Dios Uno y Trino. Poniendo en el centro del corazón a Dios ponemos también en él al hermano sufriente por la enfermedad; nos unimos al médico o enfermero que está dando su asistencia en un hospital de Italia, Argentina o cualquier parte del mundo; nos unimos al policía o soldado que está cumpliendo con su deber en las calles, al sacerdote o misionero que está celebrando el Santo Sacrificio en soledad del templo o llevando su asistencia para la salud espiritual.
         Definitivamente debe considerarse  que es posible ir hasta el fin del mundo por medio de la oración dirigida a Dios y a María Santísima.

Por la lectura:

         Algo más que puede hacer agradables y entretenidos estos días en los que estamos de “caseros” es la lectura.
         Tomar en nuestras manos aquellos libros que -ya sea por el movimiento apresurado de los días laborales o por las agendas apretadas que se tienen cuando no se está en cuarentena-, no podemos leer, tomar esos libros, decimos, es hoy una ocasión más que oportuna.
         Quizá no sólo un libro, sino dos o tres, para leer en distintos momentos del día. Sea uno para la lectura espiritual y del Evangelio, que ayudará mucho a la oración, meditación y práctica de las virtudes; otro para la lectura formativa, de carácter teológico, filosófico o histórico por ejemplo, que ayudará mucho a tener una  forma mentis  clara y ordenada; y otro de lectura amena, como una novela, un libro de cuentos, un compendio de hermosas poesías..., que mucho ayudarán al sano esparcimiento, ordenando y deleitando los sentidos internos.
         Pensemos en aquella ociosidad sagrada[6] que se puede vivir en estos días de cuarentena. Esa ociosidad que no es sinónimo de pereza o vagancia, sino que, como dice Pieper “es una forma de callar, que es un presupuesto para la percepción de la realidad; sólo oye el que calla, y el que no calla no oye”[7]. Esa forma de callar nos ayudará a “oír” lo que nos dice un buen libro.
         La contemplación de la verdad, el bien, y la belleza que encontramos en los buenos libros es sumamente valiosa en este siglo en el que la mentira, la malicia y la fealdad tratan de echar raíces en la mente y el corazón del hombre por las ideologías y las modas.
         Continuando el diálogo que citábamos anteriormente del “Despertar de la señorita Prim”, el sabio monje benedictino le dijo a Prudencia:
    “Busque entonces la belleza, señorita Prim. Búsquela en el silencio, búsquela en la calma, búsquela en medio de la noche y búsquela también en la aurora. Deténgase a cerrar las puertas mientras la busca, y no se sorprenda si descubre que ella no vive en los museos ni se esconde en los palacios. No se sorprenda si descubre finalmente que la belleza no es un qué sino un quién.”
         Esta es la razón por la que interpretamos que a partir de la lectura, la buena lectura, también se puede ir al fin del mundo sin salir de una habitación; porque los buenos libros mueven a la reflexión, favorecen la meditación, ayudan a pensar y nutrir la vida interior..., propician la mirada trascendente para no olvidarnos de mirar más arriba, atendiendo a las cosas que no se ven.

         Demás está decir que algunos tendrán más tiempo y disposición que otros para llevar adelante el deber de la oración y la necesidad de la lectura en medio de la ociosidad sagrada. Habrá quienes conserven las mismas preocupaciones y labores de siempre y habrá también quienes a este tiempo de Cuaresma en cuarentena necesiten sacarle provecho para lo que hemos señalado.
         Damos por entendido, también, que todo lo dicho hasta aquí es bien llevado en familia o en soledad. Rezar y leer no es una invitación al aislamiento egoísta dentro de un cuarto. Como decía un Sacerdote que en estos días envió un audio a los amigos y allegados: “(...) estos días con toda la familia -o por lo menos buena parte-, encerrada en una casa, es una grandísima ocasión para la vida virtuosa. Se dice vita comunis, máxima penitentia, la vida en común es la máxima penitencia (...) y estos días serán días de practicar la caridad, la paciencia con el prójimo, sobre todo soportando sus defectos; días de generosidad en el trabajo cotidiano, de generosidad de las pequeñas tareas de la casa, de alegría y buen humor”.
         Son tiempos en los que la confianza en la Providencia debe estar muy presente en el corazón cristiano para afrontar la situación general y particular de cada uno, pues a cada día le basta su aflicción. Son tiempos de conversión en los que debemos pedir que nuestro corazón de piedra se haga un corazón de carne.
         Será de gran ayuda el pedirle a Dios vivir con sencillez cada jornada, como poéticamente lo pide José María Pemán en su “Elogio de la vida sencilla”:

Vida serena y sencilla,
yo quiero abrazarme a ti,
que eres la sola semilla
que nos da flores aquí.
Conciencia tranquila y sana
es el tesoro que quiero;
nada pido y nada espero
para el día de mañana.
(...)
y al nacer cada mañana
tan sólo le pido a Dios
casa limpia en que albergar,
pan tierno para comer,
un libro para leer
y un Cristo para rezar.

         En fin, cada uno según sea el lugar en el que Dios lo puso en este momento, sabrá de qué modo puede “ir hasta el fin del mundo sin salir de una habitación”.
         Que la Virgen Santísima, refugio de los pecadores, nos asista y proteja no sólo de ese nuevo “enemigo invisible” del Coronavirus, sino sobre todo del aquel antiguo enemigo invisible, y lleguemos a vivir una Semana Santa con profunda piedad.
         Y como de vida monástica comenzamos hablando, con el profundo saludo cartujo nos despedimos. ¡Memento mori![8]

C. F. M.




[1] “La Cruz permanece firme mientras el mundo da vueltas”, lema de la Orden de los Cartujos.

[2] “Vigilantes de la noche... la vida de los monjes benedictinos”: https://www.youtube.com/watch?v=FzyrE8x-wy8

[3] Vemos que todos nos encontramos bajo el cumplimiento del insistente mandato social “Quédate en casa”. Se trata de cuidar y promover la conciencia social. ¿Y dónde está el examen de conciencia particular pensando en el decálogo?... Varios están vigilantes para ver novedades por redes sociales y armar reuniones virtuales. ¿Y dónde está esa pronta disposición para reservar un tiempo para al diálogo íntimo y silencioso con Dios?...No pocos están sacando provecho a este tiempo para limpiar y ordenar la casa. ¿Y dónde está el trabajo por poner orden y limpieza en el castillo interior -como gustaba llamar al alma Santa Teresa-?... Aparecen decenas de tutoriales de rutinas de ejercicio en casa, para seguir “en forma” y cuidar la silueta corporal. ¿Y la forma mentis? ¿Dónde está la rutina para la lectura formativa, espiritual y recreativa?... ¿En vez de agarrar un libro para leer, pagamos la cuenta de Netflix y nos trasnochamos viendo series y películas? No hay de malo nada en todo esto si es llevado con el debido orden. Lo malo es que una cosa quite la otra, es decir, que lo verdaderamente importante quede relegado y olvidado.
[4] Senior, John, La restauración de la cultura cristiana, Vórtice (2016), p. 93

[5]También conocido como Evagrio el Monje. Fue un monje y asceta cristiano del siglo IV,  muy conocido por sus cualidades de pensador, escritor y orador.

[6] En el blog “De libros, padres e hijos”, Don Miguel Sanmartin Fenollera tiene publicada una nota de gran valor y precisión al hablar de este tema. Sumamente recomendable leer, como todas las demás publicaciones de su blog: https://delibrospadresehijos.blogspot.com/2018/09/de-la-ociosidad-sagrada.html 

[7] Pieper Josef, El ocio y la vida intelectual, Rialp (1974), p.45.

[8] Conmovedor saludo de los hijos de San Bruno, que resulta ser un recuerdo sobre la futilidad de la vida humana. La traducción al castellano es “Recuerda que morirás”

viernes, 19 de julio de 2019

LA VENTANA DEL SENADO: Conciencia moral y "buenos frenos"



"Si alguien escandaliza a uno de estos pequeños que creen en mí,sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo hundieran en el fondo del mar"._
(Mateo 18, 6)

                En el transcurso de la semana pasada se hizo público a través de la cuenta de Twitter del Senado de la Nación, un mensaje que dejó pasmados a muchos por lo que deliberadamente allí se decía respecto de la conducta de los pedófilos. El mensaje era claro: “Hay pedófilos que tienen conciencia moral y buenos frenos, y saben que llevar adelante su deseo genera un daño en otros, los abusadores son quienes carecen de esos frenos”.
                Estas palabras no fueron proferidas por cualquiera, sino por ni más ni menos que el coordinador de psiquiatría en el Centro Privado de Psicoterapias de Buenos Aires, Sergio Grosman. Lo curioso, es que el planteo tiene un trasfondo moral. Es decir, se habla explícitamente de que hay depravados que tienen conciencia moral y “buenos frenos”. Dicho de otro modo, el deseo sexual hacia los niños es algo que está bien cuando se lo reprime y no se lleva al acto.
                Lo curioso de esto es que no es nada nuevo. No se trata de un error de tipeo, una frase sacada de contexto o que arbitrariamente forzamos las citas y le hacemos decir lo que en realidad no dice. Para nada.
                Unas cuantas décadas atrás, la pensadora Sulamith Firestone apoyando la relación pedófila se atreve a poner dos límites para la misma: el límite del consentimiento del niño y el límite biológico. La estrategia es clara, pone a la par la capacidad emocional, volitiva, sexual del niño al del adulto. En nuestro caso se equipara la conducta sexual del pedófilo, con el deseo sexual natural o antinatural, pero que en este caso involucraría la relación adulto e infante.
                En Holanda se argumentó algo similar cuando los sexólogos Erik Van Beek y Rik van Lunsen, sugirieron que sea el Estado el que controle, produzca y distribuya contenido erótico a pederastas, porque si se produce contenido sexual “virtual” bajo el control del gobierno, “se podrá ofrecer a los pederastas una forma de regular sus pulsiones sexuales”. En otras palabras, los pedófilos no son malos, hagamos políticas para que controlen sus buenos deseos.
                No es la primera ni la última vez que se llevan a cabo estas estrategias para que el mundo comience a ver con buenos ojos lo que realmente es perverso. Es curioso que existan redes de pedófilos que pretenden normalizar y blanquear su status ante la sociedad, e incluso con nombres sugerentes como “Pedófilos virtuosos” (Virtuous Pedophiles). Ellos dicen “fantasear sexualmente con niños” y garantizan no tener sexo con ellos, dado que “se esfuerzan” por no materializar el acto y limitar el deseo solo a un “erotismo mental”. Han llegado a dictar “talleres de reflexión” para mantener el “autocontrol”, o dicho en palabras del propio Grosman, para mantener los “buenos frenos”.
                Creemos que nada sucede por azar y que el famoso post el Senado fue maliciosa y detenidamente planeado, evaluado, medido, pesado en sus consecuencias y publicado con absoluta deliberación. ¿Por qué? Se preguntarán algunos…
                Existe la famosa teoría política denominada “ventana de Overton”, mediante la cual se puede llegar a legitimar y hacer tenidos por buenos los vicios más calamitosos pasando por distintos pasos: de lo impensable a lo radical; de lo radical a lo aceptable, de lo aceptable a lo sensato, de lo sensato a lo popular, de lo popular a lo político. Una de las estrategias consiste en probar, mediante lo que es inaceptable a la sociedad, cuál es el punto máximo de tolerancia de la masa que se quiere dirigir y, a partir de allí, avanzar en grado de perversión mientras la sociedad se acostumbra a los nuevos paradigmas.
                Posiblemente desde nuestro Congreso se haya abierto una ventana, para medirnos y a través de la cual introducir ya no la educación sexual, la contranatura o la ideología de género, sino también la pedofilia. A nosotros nos resta, con nuestra lucha inagotable y sin fin, al resguardo del Dios de los ejércitos, cerrar la ventana a la perversión.

Eduardo Peralta.
17 de julio, 2019.

Editorial del 17 de julio, 2019. 5° edición de “La Batalla del Amor”, por FM 87.9 Mz – Radio Madre de Dios – http://www.radiomadrededios.com.ar/envivo/ – Facebook: La Batalla del Amor y Ola Celeste San Juan Argentina – Instagram: @batalladelamor @olacelestesanjuan @olacelestejoven – Teléfono: 254 – 5093650



martes, 9 de julio de 2019

LIBERTAD ¿PARA QUÉ?: "¡MALDITA SEA TAL LIBERTAD!"


“La independencia no puede ser el bien supremo y absoluto de la nación, ni su primer bien. La independencia puede, sin duda, ser una condición decisiva de su más hermoso desarrollo. (…) La independencia puede, incluso, ser una condición indispensable para que sobreviva la nación. Pero no es ni puede ser la razón suprema y decisiva de la existencia profunda y del bien real de la nación. Esto es evidente para quienes creen en la existencia de un orden natural de las cosas.”
(Jean Ousset)


                “Libertad, libertad, libertad…” Numerosas veces escuchamos frases o discursos que traslucen la miopía histórica y hermenéutica de la gran mayoría de quienes creen saber lo que sucedió en tiempos de la Independencia y lo que significó realmente. Es por ello que abunda al respecto la confusión o el error. No vamos a detenernos para analizar esos pormenores. Permítasenos, mientras tanto, poner en relieve algunas palabras poco conocidas o, quizás, omitidas por designio voluntario, del General San Martín; a quien cabe el mote de “Libertador”.
                En abril de 1816 afirma: "¿Hasta cuándo esperamos nuestra independencia?”. Y tan solo una semana después de la declaración de la Independencia en Tucumán el General le expresa a Godoy Cruz, quien fuera entonces diputado por Mendoza ante el Congreso: “Ha dado el Congreso el golpe magistral, con la declaración de la Independencia. Sólo hubiera deseado, que al mismo tiempo hubiera hecho una pequeña exposición de los justos motivos que tenemos los americanos para tal proceder”. Quizás ello hubiese atenuado al menos la confusión histórica.
                Pero más que la confusión o desviación en materia histórica nos duele también la desdicha moral que asola sobre la Patria, debemos reiterarlo. Quizás puedan servir de auxilio las palabras del mismo San Martín, quien en una misiva del 1° de febrero de 1834 a su amigo Tomás Guido, sostiene palabras conmovedoras e incisivas. Allí se denuncia la “liberalidad” de los principios y las calamidades producidas. “¿Qué importa que se repita hasta la saciedad que vivo en un País de Libertad, si por el contrario se me oprime?”. Es imposible no leer la epístola sin dimensionar lo que sucedía por entonces, pero también lo que sucede en nuestros tiempos.
                “¡Libertad! Désela V. a un niño de dos años para que se entretenga por vía de diversión con un estuche de navajas de afeitar, y V. me contará los resultados”. Es un vicio de la sociedad actual el prodigarle derechos que no tiene y concederles perniciosos pasatiempos a nuestros niños. Todo en nombre de la mentada libertad. Libertad para elegir, para no ponerles límites en la educación familiar ni en las horas escolares. No sólo se les da la navaja a los niños, sino que se los intenta apuñalar por sus espaldas con ideologías malsanas.
                “¡Libertad!, para que un hombre de honor se vea atacado por una prensa licenciosa, sin que halle leyes que lo protejan y, si existen, se hagan ilusorias”. Sabemos que el hombre justo, la persona honesta, tarde o temprano terminará sintiendo el peso del yugo de una prensa vendida y comprada por el enemigo; siendo víctima de leyes inicuas y contradictorias.
                “¡Libertad!, para que se me dedico a cualquier género de industria, venga una revolución que me destruya el trabajo de muchos años y la esperanza de dejar un bocado de pan a mis hijos”. Generaciones pasan con sus enormes sacrificios cotidianos y la revolución de las costumbres, de los principios éticos, del orden social, socava nuevamente, una y otra vez, el Bien Común de la Nación.
                “¡Libertad!, para que se me cargue de contribuciones a fin de pagar los inmensos gastos originados porque a cuatro ambiciosos se les antoja por vía de especulación hacer una revolución y quedar impunes. ¡Libertad!, para que sacrifique mis hijos en disensiones y guerras civiles”. Víctimas de una economía que premia al injusto y condena al trabajador. Esclavos económicos fluctuantes del liberalismo o del marxismo, vemos el constante accionar del Poder Internacional del Dinero.
                “¡Libertad!, para verme expatriado sin forma de juicio y tal vez por una mera divergencia de opinión. ¡Libertad!, para que el dolo y la mala fe encuentren una completa impunidad, como lo comprueba lo general de las quiebras fraudulentas acaecidas en ésa”. A nadie se le ocultan las “quiebras fraudulentas” de nuestros días, ni mucho menos la mala fe impunemente deambulando por los rincones de los ministerios nacionales, entre tantos lugares. Ser expatriado en la actualidad puede ser también ser víctimas del “despatriamiento”, de la negación de la Patria tal cual fue fundada. Significa ver oculto el brillo fe los fulgores primeros, detrás de los dogmas liberales ponderados en los manuales de historia.
                “Maldita sea tal libertad, no será el hijo de mi madre el que vaya a gozar de los beneficios que ella proporciona”. Nuestros hijos deben ser protegidos de los que amparados bajo la bandera de los derechos y de la libertad, promueven el más extremo libertinaje. Los “beneficios” de la libertad mal entendida no son otra cosa que el vandalismo y atropello hacia los principios éticos y de la moral cristiana. Son la negación del Decálogo, la amputación del Orden Natural.

                Finalmente nos queda meditar en el final de la carta que venimos mencionando. Dice San Martín que estos males permanecerán “hasta que sea establecido un Gobierno que los demagogos llaman TIRANO, y me proteja contra los bienes que me brinda la actual libertad”. Y dice luego que “el hombre que esetablezca el orden en nuestra Patria: sean cuales sean los medios que para ello emplee, es él solo que merecerá el noble título de libertador”. Nótese que se utiliza el término “llaman”, no “llamarán”. Esto es así dado que el mandato al que se refería el General no era otro que el de Juan Manuel de Rosas, quien luego reafirmaría su mandato a partir de 1835. No es una novedad que el Brigadier General fuese tildado de “tirano”, entre otras cosas. Sin embargo es preciso recordar que el “Restaurador de las Leyes” fue quien restituyó los bienes a la Iglesia, pero sobre todo, quien afianzó el orden de las costumbres y de la moral basadas en la buena Fe y en una Santa Causa. El reconocimiento por su desempeño en la defensa de la Soberanía también le valió que San Martín le otorgase el sable que lo acompañó en toda la campaña libertadora. Después de su derrota vendrían nuevamente a nuestro suelo los hermetismos cipayos de las logias y de los “organizadores nacionales”.
                Es aquél hombre a quien todos llaman tirano quien afirmaba que “la filosofía política y moral se extraviaría confusamente sin la luz inefable de la Fe y el fervor de la caridad cristiana”[1]. Es quien advertía que “hay que estar vacunado contra la enfermedad política que se llama Revolución, cuyo término es siempre la descomposición del cuerpo social”[2]. Es, por último, quien repulsa a “los que profesan ideas falsas, subversivas de la moral o del orden público”[3], porque se preguntaba: “¿Es que se quiere acaso vivir en la clase de la licenciosa tiranía que llaman libertad, invocando derechos primordiales del hombre, sin hacer caso del derecho de la sociedad a no ser ofendida?”[4].
                ¡Cuánta actualidad tienen estas palabras!
                Sigamos pensando la Patria, sigamos obrando en su favor para que no sea diezmada por el libertinaje y el liberalismo corruptor.
Eduardo Peralta.
9 de julio de 2019.




Mensaje especial del martes 9 de julio de julio de 2019.
"La Batalla del Amor”, Ola Celeste San Juan – FM 87.9 Radio Madre de Dios).
Programación: martes, 21 hs. Repetición: sábados 12 hs.
En vivo: 
http://www.radiomadrededios.com.ar/envivo/Facebook: La Batalla del Amor – Ola Celeste San Juan Argentina.
Instagram: @olacelestesanjuan
Teléfono: 264 – 5093650


 

[1] Carta a Guillermo Brent, del 11 de febrero de 1846.
[2] Carta a Josefa Gómez del 5 de agosto de 1868.
[3] Carta a Josefa Gómez del 12 de mayo de 1872.

[4] Carta a Josefa Gómez del 17 de diciembre de 1865.

jueves, 27 de junio de 2019

DE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO, LA ESCUELA Y EL HOGAR CRISTIANO


“Si yo tuviera un hijo
le daría un buen caballo,
para huir de las escuelas,
los pedantes y los diarios.”
(P. Leonardo Castellani)


            Pasada la festividad del 25 de mayo se dio a conocer lo que una profesora de E.S.I (educación sexual integral) hizo con sus alumnos para conmemorar el día patrio.
            La docente tuvo la original idea de hacer que sus alumnos cambien los roles en el baile tradicional folclórico que tenemos los argentinos, y todo esto en el marco de un acto escolar en frente de los directivos, docentes, padres y todo el alumnado.[1]Desde ya podemos ir reparando que esta inversión de roles es un fruto de la ideología de género y de una filosofía de la emotividad que vienen ganando muchos adeptos en estas últimas décadas.
            Esta propuesta de invertir los roles de sexos[2] en el baile tradicional ha generado distintas reacciones:
            Para quienes son open mind como la docente y los idearios de las planificaciones áulicas de la E.S.I., esta danza entre varones vestidos de paisanas y mujeres vestidas de gaucho ha sido algo maravilloso, un gesto valeroso de parte de la profesora y los alumnos, motivo para celebración y aplausos. Mientras que para quienes aún conservamos el sentido común y amamos las buenas cosas de nuestra cultura y tradición este acto ha sido desagradable, ha generado bronca, tristeza y preocupación por ver lo que pasa y lo que seguirá reiterándose si la ideología de género continúa ganando terreno en la educación y en la cultura en general.

Imagen del baile con roles invertidos, dentro de la institución educativa.

            Para quienes todavía tenemos reservada la espada para desenvainarla y defender que el pasto es de color verde, este tipo de eventos no se nos pasa por alto.
            No somos pocos los que consideramos que la idea de la docente ha sido patética. En pos de un pensamiento progresista, lo único que provoca este tipo de actos es un manoseo del orden natural, una promoción de la confusión y la falsedad, y, en este caso en particular, resulta también una burla a las tradiciones y buenas costumbres que tenemos en Argentina.
            "¿Por qué no nos molestaba tanto que haya nenas disfrazadas de gaucho y que los varones se pongan polleras y hagan de mujeres es un problema?", preguntó retóricamente la docente en una entrevista radial que tuvo después de hacerse conocido el video del acto. Claramente para ella no hay nada de malo, ni preocupante o molesto en lo que armó con sus alumnos. Siendo así, para mí que la señora no tiene buen juicio de realidad y tampoco claridad de conciencia, y por eso no debería ser docente, directamente.
            Si esta profesora que dicta E.S.I. junto con los promotores de la ideología de género piensan y obran con tal cordura, en parte, porque quieren ser open mind, podemos repetirles con Chesterton que “el fin de tener una mente abierta, como el de una boca abierta, es llenarla con algo valioso”, no para llenarla con bazofia ideológica. Quizá el afán de ser personas con mente abierta les haya hecho perder parte del cerebro y no se dan cuenta del daño que están haciendo.
            Ahora bien. Poniéndonos a  dilucidar mejor el problema, atendemos cómo este innovador y repugnante cambio de roles no queda reducido a una noticia polémica o a la publicación de Twitter de la hija de la docente -quien fue la primera que dio a conocer lo que hizo su madre-, sino que es un hecho que trasciende al momento presente y se proyecta hacia el porvenir.
            El marco de la puesta en escena del intercambio de roles fue el Instituto Secundario General Belgrano, ubicado en Escobar, Buenos Aires. Allí estaban presentes las autoridades del establecimiento educativo, docentes, alumnos, padres de los chicos y demás asistentes. Esto tiene una particular relevancia, porque en circunstancias con tales características los chicos ganan con mayor facilidad la aprobación social y moral a la ideología de género. Podría decirse que ahora hay una camada más de alumnos que fueron aplaudidos por travestirse, y que en su psicología han asimilado que “no tiene nada de malo experimentar distintos géneros”. En estos momentos, la mayoría de los que allí estuvieron, estudiantes o no, bajaron la guardia ante la perversión que trae consigo este sesgo ideológico. Es una muestra más de que la ideología de género se va instalando en todo el tejido social y lamentablemente el pronóstico es que seguirá creciendo mientras no hagamos algo respecto.
            Esa es una de las razones por las cuales este tipo de noticias merecen nuestra atención. Tenemos que dejar de ser las ranas que van cocinando a fuego lento en la olla. Más bien debemos mirar con preocupación y repudio esto que parece un juego; porque la emotividad y sensualidad le va ganando las riendas del carro a la razón y vamos generando una cultura que no quiere pensar y vivir bien sino que quiere nuevas sensaciones; en este caso concreto han querido experimentar “qué se siente vestirse de mujer” o “qué se siente ser como un hombre”, y ni más ni menos que dentro de una escuela.
            Notemos que la escuela moderna, que parece tener como norma hacer de  los educandos personas que no aprendan a pensar sino a descubrir nuevas sensaciones, está promoviendo o condescendiendo con un desorden que trascenderá con tristes consecuencias en la vida de los alumnos. Una educación afiliada a la ideología de género y a una filosofía emotivista llevará a los niños y jóvenes a la ruina moral y espiritual, porque bajo un criterio emotivo los alumnos también llegan a la búsqueda de una nueva sensación probando la marihuana, el éxtasis, conociendo qué se siente estar borracho un fin de semana, mantener relaciones sexuales casuales y promiscuas en una salida de boliche o en un viaje de egresados, como para dar algunos ejemplos tristemente reales y frecuentes...
            En este sentido, resulta un aporte entender que los jóvenes caen en muchos desenfrenos precisamente por la búsqueda de nuevas emociones. Respecto a esto, recuerdo que el año pasado asistí al “1° Congreso tabaco salud del cono sur”. En el mismo se expuso una investigación en la que tomé conocimiento de que la mayoría de los escolares argentinos daban a conocer que el motivo por el que habían comenzado a fumar (tabaco o marihuana) era justamente por el hecho de buscar una nueva sensación.[3]
            Asimilando este dato al análisis que venimos haciendo, indudablemente podemos pensar en la posible degeneración de nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos en los años venideros; degeneración que surgirá precisamente por no haber sido educados en las virtudes que llevan al dominio de sí en pos de conseguir un bien real y honesto.
            Podemos advertir que el avance de la ideología de género y la filosofía del emotivista -ese que se adhiere a la moral más afín con sus emociones- no es algo que se está dando de forma focalizada en algunas provincias de la Argentina. Se instala progresivamente y de forma sistemática y más aún al valerse de la Educación Sexual Integral para trabajar desde allí con los intereses ideológicos.
            Son numerosos los casos que podríamos enumerar para reconocer más este progreso ideológico en las escuelas. Reconozcamos otro hecho escolar que tuvo lugar también en Bs. As. el año pasado en el Colegio Modelo de Mármol. Allí los varones se vistieron con polleras para “tener empatía”[4] con sus compañeras a quienes se les había pedido que no usen polleras cortas.[5] El lector podrá sacar sus propias deducciones al ver la imagen y revisar la noticia.
Alumnos "empáticos"

            Para no reducir la educación ideologizada a nuestro país,  atendamos a otro caso más reciente que se ha dado en México, donde la Jefe de Gobierno de la capital del país guadalupano ha pedido que se implemente desde el 10 de junio pasado el uso del uniforme neutro. Ella dijo: “Creo que quedaron atrás las épocas en donde las niñas tenían que tener falda y los niños tenían que traer pantalón. Yo creo que eso ya pasó a la historia. Los niños pueden traer falda si quieren, y las niñas pueden traer pantalón si quieren. Esa es una parte de la equidad, de la igualdad”[6]
            Ver estos casos despierta un lamento, una preocupación, quizá también la indignación o impotencia...
            A todos los seguidores de las innovadoras ideas de cambio de roles y uniformes, especialmente a los padres y docentes responsables de la educación, me parece oportuno recordarles -sean creyentes o no- que en Deuteronomio (22; 5) se dice La mujer no se vista de hombre, ni lleve el hombre vestido de mujer; porque quien tal hace es objeto de abominación para Yahvé, tu Dios.” A lo cual Monseñor Juan Straubinger comenta: “La mujer que se viste de hombre, y viceversa, el hombre que se viste de mujer, no solamente violan las buenas costumbres, sino que hacen una cosa abominable delante de Dios; la mujer, porque se despoja del mejor amparo de su pureza; el hombre, porque da a conocer que padece de sentimientos perversos. La Biblia eterna condena las costumbres de nuestros tiempos.”
            No obstante lo que venimos comentando, no deberíamos reducir la introducción de la ideología de género a un cambio de roles y vestimenta. Esto es sólo una cuota de todo lo que nos va a costar el avance ideológico. Mejor resulta sacar una conclusión más profunda de este análisis, y no quedarnos en lo exterior y polémico.
            Estas corrientes de pensamiento y modas desatinadas esparcidas en el suelo de una sociedad relativista y que se conducen con una moral emotiva, probablemente suframos las siguientes consecuencias:
1) La destrucción del pensamiento realista. Llegaremos a un estado en el que ya no será fácil distinguir lo bueno de lo malo, lo verdadero de lo falso y lo bello de lo feo. Las inteligencias perturbadas, con cuantioso trabajo  reconocerán las cosas como son, a causa del uso de “autopercepción” y el binomio “construcción - deconstrucción”
2) La decadencia moral y el debilitamiento de la vida cristiana. La fe y la razón, esas dos alas por las que nos elevamos para conocer la Verdad y el Bien, serán apedreadas constantemente para que no tomen vuelo... ¿Qué lugar tendrá Dios y sus enseñanzas en un mundo así?... Estimo que este será el costo más caro que tendrán que pagar los hombres por haber contemporizado con la ideología de género y la filosofía de la emotividad. De este hecho derivarán el resto de los desastres.
3) El profundo deterioro de las relaciones humanas. Especialmente el vínculo entre el varón y mujer será el más atacado y desvirtuado, perdiendo su sentido natural y sobrenatural, y consecuentemente la desintegración del Matrimonio, la maternidad y la paternidad, la crisis de la familia...
4) La pérdida de la libertad. De manera impositiva y tiránica, la ideología de género se va introduciendo en la salud, en la educación, el ámbito laboral, las leyes y las costumbres. Es un hecho de cual ya  somos testigos al ver que los profesionales de distintos ámbitos son privados  de su libertad, por ejemplo, para ejercer la objeción de conciencia.
            Estas cuatro consecuencias generales vendrían a ser las más relevantes y generales, pero la enumeración de los daños continúa, no termina en esos cuatro puntos.
            A esta altura en la que podemos ir previendo el rumbo de la educación que le abre las puertas a confusión y la falsedad, el lector se podría preguntar: “entonces, ¿qué pueden hacer los padres con sus hijos?”... Diría que no resulta fácil responder a esta pregunta con propuestas concretas y completas. No hay fórmulas garantizadas. Sin embargo, podemos brindar algunas sugerencias de lo que se viene pensando y haciendo:
            En primer término se debe tener plena conciencia de que el ambiente educa, y por eso no son pocos los padres que hacen el sacrifico por mandar a sus hijos a buenos Colegios de confianza para educarlos bien y preservarlos, hasta cierto punto. Digo hasta cierto punto porque no hay que caer en la creencia de inmunidad. Hasta el mejor ambiente es vulnerable.
            Otra propuesta es la de aquellos que han comenzado a trasladarse con sus familias a barrios donde se han formado comunidades de amigos que tienen un mismo pensar y sentir en la vida fe, las costumbres, la educación. Ellos han decidido por establecer sus hogares entre otros hogares con los que puedan compartir ideales y estilos de vida. Estas personas han visto que “lo que importa ahora es la construcción de formas locales de comunidad, dentro de las cuales la civilidad, la vida moral y la vida intelectual puedan sostenerse a través de las nuevas edades oscuras que caen ya sobre nosotros. Y si la tradición de las virtudes fue capaz de sobrevivir a los horrores de las edades oscuras pasadas, no estamos enteramente faltos de esperanza”, tal como dice MacIntyre en su libro “Tras la virtud”.
Gran Bretaña

            Otra opción que debemos atender es la del homeschooling. Es notorio el interés creciente por este método que ha dado buenos resultados en Estado Unidos y que acá en Argentina ya lo vienen implementando varias familias en los últimos años.[7] Creo que finalmente muchos terminaremos por asumir que la escuela en casa, a pesar del sacrificio y renuncia que implica, será lo mejor para toda la familia. Todo lo que vale la pena, requiere un esfuerzo. Haremos cual Hombre del sillón de “El despertar de la señorita Prim”, quien en la novela decía: “Educo a mis sobrinos personalmente porque estoy decidido a darles la mejor formación posible…Mi única intención es que los niños puedan convertirse algún día en todo aquello que la escuela moderna se ve incapaz de producir.”
            La mención de estas alternativas de educación está hecha en favor de no quedarnos en la queja y ver lo que podemos ir considerando desde ya, antes de que sea demasiado tarde.
            Cabe en otro apartado hablar de las mejores propuestas para educar viendo las ventajas y desventajas de cada una.
            Lo importante es tomar conciencia que la crisis educativa está en progreso e impacta en toda la cultura. Siendo así, no podemos permitirnos quedarnos manos en bolsillo contemplando cual Heráclito cómo todo pasa.
            No está demás dejar como advertencia que la preocupación por la situación crítica no debe llevarnos a una paranoia. Los educadores paranoicos depositan miedo en los educandos. De hecho existen casos en los que terminan generando reacciones totalmente opuestas a lo que se busca: rebelión, ateísmo, indiferencia, celo amargo...Por eso, la prudencia de cada padre o maestro será clave para dar una educación clara, profunda y firme pero no enfermiza.
            Es indudable que para preservar de la corrupción a los hijos siempre se deberá buscar la sal en el propio hogar, generando una cultura familiar cristiana en la  propia casa, donde esté presente el cultivo de la devoción por medio de la oración común; el cultivo de las virtudes morales cristianas reflejadas en los mismos padres y en el Flos sanctorum; y el cultivo una forma mentis católica, con una buena catequesis y creando el hábito de la lectura para sacar provecho a la inversión monetaria que hagan en buenos libros que atesorarán en la biblioteca familiar[8].
            “Creo que lo más importante es considerar el hogar como un monasterio doméstico, como un lugar en el que todo debe estar dirigido a encontrar a Dios.”[9]
            Por último, es necesario atender que este hogar cristiano, ambiente primario y natural de la educación,  se trata, entonces, de una empresa librada por amor; pero no de ese amor sensiblero propio de una espiritualidad emotiva, sino de ese amor sacrificado y verdadero que es un acto de la voluntad y que se llama Caridad. Sólo una familia que sea sede del Amor se salvará.

C.F.M. 18/6/19



[2] No utilizo la palabra género porque no consiento con tal pensamiento ideológico. Disculpe por ser políticamente incorrecto.
[4] La empatía  se ha vuelto un término que forma parte de la filosofía del emotivista y del discurso de los adeptos a la ideología de género. Se trata de un concepto que ahora es manipulado con oportunismo ideológico, tal como los conceptos de igualdad, respeto, tolerancia, entre otros. La Psicología positiva conceptualiza la empatía, de manera adecuada, dentro de la inteligencia emocional diciendo que se trata de alegrarse con el que se alegra, dolerse con el que se duele, etc. Pero desde la ideología se lo emplea como un término más para volverse cómplice o copartícipe de los intereses del movimiento LGTBQ, y que muchas veces termina en la estupidez... El caso de los muchachos del Colegio de Mármol es un claro ejemplo de cómo la “empatía” lleva a la coparticipación y a lo ridículo.
[7] Para los que quieran ir conociendo la situación legal del homeschooling en Argentina facilito el siguiente link: https://educoencasa.com/se-puede-legalmente-educar-en-casa-en-argentina/
[8] Mientras transitamos una etapa de apogeo dentro la Era digital,vemos que los padres de familia invierten buena parte de sus sueldo en IPhon’s, PlayStation, Tablet’s, Smart Tv y les pagan la cuenta de Netflix a sus hijos para que maten el tiempo, es necesario invertir más en la compra de buenos libros para ellos y brindarles el espacio y tiempo para la lectura hasta que se les vuelva un hábito. Una biblioteca con libros escogidos será, entonces, una de las mejores inversiones que hagan para su familia, que luego se volverá una preciosa herencia para muchos.
[9] Así lo dijo Rod Dreher, el autor del libro  “La opción benedictina”.